Capitulo 1
-¿Qué diablos llevas en la cabeza? -preguntó Demi tras apretar el botón para llamar al ascensor de servicio.
-Es para que no me caiga polvo en el pelo -contestó Miley llevándose una mano al pañuelo de flores.
-¿Y desde cuándo eres tan puntillosa?
Miley suspiró y decidió ser sincera con su amiga.
-Hay un tipo que suele quedarse a trabajar hasta tarde en mi planta y... bueno... es...
-¿Se hace notar demasiado? -volvió a preguntar Miley sin sorprenderse, con un gesto de desaprobación. Miley podía atraer la atención de los hombres en cualquier circunstancia. Era menudita y esbelta, joven, con un cabello de un rubio natural que brillaba como la plata y ojos verdes enmarcados por inesperadas cejas y pestañas negras-. Apuesto a que está convencido de que con una humilde mujer del servicio de limpieza como tú es cosa hecha. ¿Es joven o viejo?
-Joven-contestó Miley dejando que Demi pasara delante en el ascensor-. Y te aseguro que está acabando con mi paciencia. He estado pensando en contárselo al supervisor.
-No, hagas lo que hagas no lo hagas oficial, Miley - se apresuró a recomendar Demi con una mueca -. Si ese cerdo trabaja hasta tarde es que es una persona importante. Y seamos sinceros, Miley de ti pueden prescindir mucho más que de cualquier ejecutivo.
-¿Acaso crees que no lo sé? Seguimos viviendo en un mundo de hombres.
-Pues ese tipo debe de ser bastante insistente cuando está acabando con tu paciencia... Escucha, haz tú mi planta esta noche y yo haré la tuya. Así por lo menos te tomas un respiro. Quizá más adelante alguien quiera cambiar definitivamente de planta contigo.
-Pero no tengo permiso para subir a limpiar la última planta -le recordó Miley.
-¡Va, no te apures por eso! -exclamó Demi sin darle importancia-. ¿Para qué va a necesitar nadie un permiso especial para abrillantar un suelo y vaciar una papelera? Ahora, eso sí, si el agente de seguridad se da una vuelta justo cuando estás tú apártate de su vista. Si puedes, claro. Algunos de esos sujetos serían capaces de incluirnos en su informe. Y no te atrevas a traspasar la puerta doble que hay de frente. Es la oficina del señor Jonas, y está prohibido entrar allí, ¿de acuerdo?
Miley sonrió agradecida mientras Demi empujaba el carrito con los utensilios de limpieza para salir a la planta que normalmente limpiaba ella.
-Aprecio mucho tu gesto, Demi.
Miley nunca había estado en la planta superior del edificio Jonas Company Intemational. Al salir del ascensor de servicio se dio cuenta de que era distinta de las plantas inferiores. Nada más dar la vuelta a la esquina vio, a su derecha, una lujosa y enorme área de recepción. Más allá de ella todas las luces estaban apagadas, pero a pesar de todo pudo ver una impresionante pareja de puertas en la penumbra.
Sin embargo, al mirar a la izquierda, al fondo del corredor había otra pareja de puertas idénticas. Miley hizo una mueca y supuso que la parte en penumbra, más cercana a recepción, albergaba la oficina prohibida. Decidió comenzar a trabajar por el fondo para ir acercándose al ascensor y se relajó. Estaba encantada con la idea de que Jake Bolton no fuera a interrumpirla aquella noche con sus monsergas.
Llevaba unas zapatillas de lona que no hacían ruido. Abrió la puerta doble y cruzó toda la habitación para vaciar la papelera. Entonces se dio cuenta de que la oficina contigua estaba ocupada. La puerta estaba entornada, y de ella salían inequívocas voces masculinas.
Por lo general en un caso como aquél Miley hubiera anunciado su presencia, pero tras la advertencia de Demi decidió que era más inteligente retirarse en silencio. Lo último que deseaba era causarle problemas a su compañera. Justo cuando estaba a punto de salir escuchó pisadas que se acercaban por el corredor desde la zona de recepción. Aquello le produjo casi un ataque al corazón.
Sin pensar siquiera en lo que hacía se escondió detrás de una de las dos puertas. El corazón le latía acelerado. Las pisadas fueron acercándose, y de pronto se detuvieron justo al lado de la otra puerta. Miley contuvo la respiración. En aquel silencio pudo escuchar palabra por palabra la conversación que aquellas dos voces masculinas mantenían en la oficina contigua:
- ... así que mientras yo siga fingiendo que me interesa comprar Danson Components la Palco Technic se mantendrá igual -murmuraba una voz satisfecha-, pero en cuanto se abra la bolsa el miércoles por la mañana moveré pieza.
Miley escuchó cómo el intruso, cuyas pisadas había oído, contenía el aliento. Era una estúpida. ¿En qué diablos había estado pensando? El carrito con los utensilios de limpieza estaba fuera, delante de la puerta, como prueba evidente de su presencia.
Sin embargo el intruso ni avanzó ni entró en la habitación. Para sorpresa y alivio de Miley volvió sobre sus pasos por el corredor con mucha más cautela de la que había entrado. Miley volvió a respirar de nuevo. Estaba saliendo de su escondrijo, de puntillas, cuando la puerta de la oficina contigua se abrió apareciendo un hombre tremenda mente alto de aspecto alarmante. Miley se quedó helada, se ruborizó y abrió inmensamente los ojos verdes. Unos ojos más negros que el ébano la miraron desafiantes y agresivos.